Umbilical
Dgo 20 diciembre – Debemos desarrollar de manera conjunta un nivel de intimidad profundo y sincero…regenerar el cordón umbilical de la Iglesia con Dios y podremos ser agentes activos en el reino que vivan en directa conexión con el Padre!
“Oh Señor, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí.
Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos.
Me ves cuando viajo y cuando descanso en casa.
Sabes todo lo que hago.
Sabes lo que voy a decir incluso antes de que lo diga, Señor.
Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza.
Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí, ¡es tan elevado que no puedo entenderlo!
¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu! ¡Jamás podría huir de tu presencia!
Si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la tumba,[a] allí estás tú.
Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos,
aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza.
Podría pedirle a la oscuridad que me ocultara, y a la luz que me rodea, que se convierta en noche;
pero ni siquiera en la oscuridad puedo esconderme de ti. Para ti, la noche es tan brillante como el día. La oscuridad y la luz son lo mismo para ti.
Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre.
¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo! Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien.
Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto, mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz.
Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara.
Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí, oh Dios. ¡No se pueden enumerar!
Ni siquiera puedo contarlos; ¡suman más que los granos de la arena! Y cuando despierto, ¡todavía estás conmigo!” Salmos 139:1-18